sábado, 21 de enero de 2012









Los días de aquel verano fueron largos y calurosos,sin embargo al anochecer sentía un poco de frío,el calor de mi mamá gata y sus caricias me calentaban y también alejaban de mi el miedo a los ruidos de la noche tan diferentes a los del día.
Algunas tardes volvíamos a viajar y visitábamos un lugar muy raro donde sin embargo olía a mi mamá gata,a mis humanos y a algún otro perro que ya no estaba. No me gustaba aquella casa,después de curiosear un buen rato descubrí un lugar al aire libre desde donde se veía toda ese agua que susurra y susurra sin cesar como un ser vivo.Salimos de la casa a pasear, demasiados pies,demasiadas voces y olores desconocidos...sentí miedo cuando me dejaron en el suelo y no supe hacia donde dirigirme,un niño sobre ruedas me asustó y me caí.Me hice daño y siempre me asusto cuando veo un niño,mas si lleva ruedas o grita.
Mi humana se sintió muy mal,culpable por haberme dejado en el suelo entre tantos peligros.Volvimos al campo,todos nos sentímos mejor aunque esa noche tuve pesadillas.